Depresión posterior del esternón y de los cartílagos costales inferiores del 4to al 6to.
La etiología no es clara, debido al sobre-crecimiento del cartílago costal y la asociación familiar sugiere predisposición genética.
Nuestro equipo médico y experiencia nos permiten afirmar que la edad ideal para intervenir quirúrgicamente a los niños es a partir de los 7 años por una razón fundamental.
El tórax en quilla se puede presentar como una anomalía aislada o asociada con otros síndromes o trastornos genéticos. En esta condición el esternón protruye, con una estrecha depresión a lo largo de los lados del tórax, lo cual le da a éste una apariencia de arqueamiento similar al pecho de una paloma.
Las personas con tórax en quilla generalmente desarrollan corazón y pulmones normales, pero este defecto puede impedir que funcionen de manera óptima. Existe alguna evidencia de que esta condición impide la espiración completa del aire de los pulmones en los niños, quienes pueden tener una disminución en el vigor, incluso si no la reconocen.
Aparte de las posibles consecuencias fisiológicas, las deformidades en el tórax pueden tener un impacto sicológico significativo. Algunos niños llevan una vida feliz con este defecto; sin embargo, para otros la forma de su pecho puede bajar su autoestima y confianza en sí mismos, posiblemente afectando sus relaciones con los demás
Existen diversos programas de «ejercicios» y musculación que se promocionan como beneficiosos para corregir el Pectus Excavatum. Lamentablemente la configuración del tórax óseo no se modifica con estos ejercicios y su utilidad real es escasa. El desarrollo muscular, a partir de los 16 años, puede disimular la deformidad en caso de defectos leves pero no es una solución real para defectos moderados o severos.
La corrección quirúrgica es la única alternativa definitiva para corregir el Pectus Excavatum y Carinatum , y debe ser realizada por un equipo de Cirugía Torácica con experiencia en estas técnicas: 1) La técnica clásica: Cirugía de Ravitch; y 2) Técnica mínimamente invasiva: Técnica de Nuss modificada
El politrauma constituye hoy en día una causa importante de morbimortalidad en la población pediátrica; dentro de las diferentes lesiones que afectan al niño, el traumatismo torácico y la contusión pulmonar ocupan un lugar importante como patologías.
El Registro Nacional de Traumatismos Pediátricos en Estados Unidos confirma en su análisis que la segunda causa de mortalidad se debe a lesiones torácicas, mientras que el primer lugar lo ocupan las que afectan al sistema nervioso central.
La mejor medida para salvar las vidas de los niños es la educación de padres e hijos acerca de la prevención, ya que 50% de los pequeños muere por traumatismo torácico antes de llegar al hospital. Entre más joven es la víctima con lesión torácica, mayor es la probabilidad de muerte.
Alrededor de 61% de los niños con lesión torácica tiene múltiples lastimaduras relacionadas y el índice de gravedad (ISS) en general es mayor en pacientes con este tipo de traumas.
Las diferencias anatómicas y fisiológicas entre niños y adultos conducen a datos distintos en la frecuencia de los tipos específicos de lesión torácica. Por ejemplo, los arcos costales de los chicos se encuentran menos mineralizados, son más flexibles y pueden transmitir más energía a los órganos intratorácicos al momento del impacto. La contusión pulmonar es dos veces más común en ellos que en los adultos: se presenta en 48 a 61% de las lesiones torácicas. Sólo 52% de las principales heridas intratorácicas se acompaña de fractura costal.
Los traumas torácicos en pediatría se han dividido en aquellos que ponen en peligro de forma inmediata la vida y deben diagnosticarse y tratarse en la evaluación primaria, y en los graves de manera potencial que se diagnostican en la valoración secundaria:
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La mayoría de las lesiones contusas de tórax en niños se trata de manera adecuada sin cirugía; sólo en 3.8 a 15% de los casos se requiere toracotomía, la cual debe ser realizada de modo adecuado y por un equipo experto para así disminuir la morbimortalidad.